Con el paso del tiempo la vida se ve de otra manera. Se ha quedado atrás lo que pudo ser y no fue y la nostalgia, que es una compañera caprichosa, nos incita a considerar que todo lo pasado fue mejor.
Ante esa reflexión tenemos que recurrir a la sensatez, que es una buena consejera, para que nos incite a asumir la realidad del presente que vivimos junto al valioso tesoro de nuestra familia y amigos. Así, con más sosiego, podemos contemplar con una visión positiva y realista el paisaje de nuestra vida. Sin embargo, en muchas ocasiones nos olvidamos de dar las gracias por lo que tenemos.
En nuestra niñez, una de las primeras actitudes que nos enseñaron fue precisamente la de agradecer. Era un gesto habitual entonces al recibir, por ejemplo, un regalo de otra persona, que los padres -y principalmente la madre- preguntaran al pequeño ¿qué se dice? para animarlo a responder con una sencilla expresión de agradecimiento: gracias; muchas gracias, se reiteraba en algunas ocasiones.
El uso y abuso de los actuales medios de comunicación, con su peculiar lenguaje minimalista, ha erradicado las expresiones frecuentes de agradecimiento. Recibimos y redactamos mensajes escritos con indiferencia y reenviamos otros textos sin aportar comentario alguno, interpretando sin pudor que a los demás les interesa tanto, o más incluso, lo que despierta nuestra curiosidad.
Nos falta el abrazo del lenguaje.
Entre otras reflexiones vitales a cierta edad no hay que olvidar que la vida es una calle que tiene un solo sentido y hay que mirar siempre hacia adelante. Mientras avanzamos, con la mochila de nuestras vivencias y una mirada diferente de espacios habitados, trazamos nuestro propio recorrido y, cuando pasan los años, nos hacemos mayores.
Es una función confirmada por los neuropsicólogos que el cerebro del ser humano, gracias a su plasticidad, puede regenerarse tanto anatómica como funcionalmente y las neuronas siguen formando nuevas conexiones a través de los años que nos permiten seguir aprendiendo y reconfigurando nuestro mapa cerebral. Es absurdo darle un bastonazo a esa realidad que nos permite seguir disfrutando de la vida... hasta el final.
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Como siempre me encantan tus reflexiones, además de servir de ayuda. Gracias Alberto. María Jesús
ResponderEliminarMuy positivo mensaje, me ha gustado mucho leer algo que me hace sentir bien. Buena manera de mirar al presente.
ResponderEliminarNos falta la mirada al otro. Sólo si salimos del propio ego podemos abrazar con el lenguaje, con la emoción, y siempre desde el agradecimiento a la vida.
ResponderEliminarReconozco la sabiduría que da la experiencia de vida en tus palabras. Sabio y sensato, así eres Alberto.
ResponderEliminarBuenos dias:
ResponderEliminarMe parece de un sentido comun desbordante.Sigo agradeciendo que alguien escriba hoy por hoy asi , parece que se "paladea" el lenguaje y que fluye naturalmente, aunque pueda no ser asi y resultado de una elaboración muy laborisa. El planteamiento sobre el lenguaje periodistico me hs parecido muy atinado pero el enfoque de la vida como camino y su explicación y sentido mas.
Muchas graciss
Fuerte abrazo
Alfonso iñigo
Hola Alberto,
ResponderEliminarme ha gustado mucho leer tus reflexiones en, Cuando pasan los años. Con su lectura, yo he sentido sosiego y tranquilidad.
Quiero seguir disfrutando de tus interesantes Notas al margen.
Gracias Alberto por tus reflexiones, es verdad que por naturaleza, pensamos que el pasado fue mejor o que un futur diferente es el que necesitamos. Esta incomodidad no nos deja disfrutar del presente! Este comentario es una bocanada de aire hacia el presente.
ResponderEliminarFelicidades!me ha encantado.
Me ha gustado mucho leerte Alberto. Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices, y da gusto ver escrito lo que he pensado mucho últimamente. No pares de escribir.
ResponderEliminar, Alberto, yo como siempre leo tus notas con retraso, pero al igual que las anteriores me parece muy emotiva, y refleja el día a día de la realidad de la vida
ResponderEliminarAlberto, después de leer tu artículo de la COCA COLA, he visto esta reflexión sobre el paso del tiempo, aparte que me parece preciosa, nos reafirmamos en nuestros pensamientos.
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