Alberto Sala Me stres 15 de junio de 2025 Descubrí la magia de las manos sobre el teclado de un piano siendo ya un adulto, cuando me trasladé a Ginebra en 1966 como funcionario de las Naciones Unidas, donde permanecí veintiún años. Casualmente coincidí en mi trabajo en muchas ocasiones con Juana Heller (1920- 1989) , que era una excelente taquígrafa y cuya hija, Martha (n. 1941), había tenido un gran éxito a raíz de obtener en 1965 el Primer premio del prestigioso Concurso Internacional Frédérick Chopin de Varsovia. Conservo un grato recuerdo de todos los conciertos de Martha a los que he podido asistir, el más reciente el año pasado en el Auditorio Nacional de Música en Madrid donde volvimos a encontrarnos. En la ciudad de Philadelphia donde residía junto a su familia, mi hermano Antonio (Tony) comenzó a tocar el órgano en la década de los 70 en las Iglesias de su entorno y posteriormente también en presentaciones musicales organizadas por selectas familias norte...
ALBERTO SALA