Su nuevo propietario, junto a los hermanos Francisco, Mercedes y Concepción que también eran herederos del tío Serafín, remodelaron el interior del local con un espacio adecuado para el restaurante y la cocina previstos, colocándose a la entrada una barra de caoba para servir bebidas a los clientes realizada por el artesano de Lloret de Mar Esteban Pí, que se conserva en el mismo sitio desde hace más de cien años.
Tras esa legendaria barra ejercieron su oficio como cantineros el primo de los dueños, Miguel Boadas Parera (1895-1967) y Constantino Ribalaigua Vert (1888-1952) que también era, como la familia Sala, de Lloret de Mar (Gerona, España). Las letras R y F entrelazadas, que han sido siempre la marca que identifica el establecimiento fue una idea de Miguel Burgay, un catalán que había fundado en 1919 uno de los primeros talleres tipográficos de Cuba.
En los primeros años de funcionamiento el nuevo local comenzó a denominarse de forma abreviada como El Floridita, denominación popular que persiste, y entre los clientes asiduos en esa época había un grupo de ingenieros norteamericanos, entre ellos Jennings Cox, que trabajaban en las minas situadas en la población de Daiquirí, en la entonces denominada provincia cubana de Oriente, que en sus frecuentes visitas a La Habana pedían en la barra del Floridita que se les preparara una mezcla de ron, limón, hielo y azúcar.
A falta de otra identificación y dada la procedencia de esos clientes Constante y Miguel (2) solían llamarle a ese cóctel con el nombre de daiquirí, modificando paulatinamente su fórmula hasta encontrar, alrededor de 1922, una que les pareció a ambos la más adecuada y que permanece en la actualidad (ver la receta original al final de este artículo). Con los años se añadió el detalle de que el líquido se vertía en ocasiones sosteniendo la coctelera con la mano derecha en alto para que, con afinada puntería, el cóctel rellenara la copa sin derramarse.
La crisis financiera mundial de 1929, que provocó la ruina de muchos inversores y el cierre de empresas y bancos, hizo mella en El Floridita, cuya clientela se redujo considerablemente durante varios años. Las deudas se fueron acumulando y, en 1935, un grupo de proveedores del establecimiento, sin comunicar la iniciativa a la familia Sala, propuso a Constante Ribalaigua respaldarle para que se hiciera dueño del negocio. La operación de traspaso se cerró, con el consiguiente disgusto y distanciamiento de los propietarios originales, a quienes no se les dio la oportunidad de renegociar razonablemente la deuda contraída.
Narciso Sala Parera y Constantino Ribalaigua Vert tienen sendas calles (3) dedicadas a su memoria en Lloret de Mar, población natal de ambos, que están situadas a cierta distancia la una de la otra. Las autoridades municipales de Lloret (4) sin saberlo, han reflejado la trayectoria de sus vidas que se bifurcaron en un momento determinado por razones económicas y que, teniendo en cuenta la generosa actitud de Sala al acoger al novel Ribalaigua, son delicadas de analizar.
Al margen de esa historia, el daiquirí celebra actualmente su centenario 1922-2022 reafirmando su popularidad. La revista británica Drinks International, considerada la “biblia” de los bares ya que es la única dedicada en exclusiva al mercado de los licores, vinos y cervezas, publicó en 2020 (antes de la pandemia del Covid-19) el ranking de los cócteles más vendidos y bebidos, ocupando el Daiquirí el número tres a nivel mundial, detrás del Old Fashioned y el Negroni. Véase https://drinksint.com/
En Lloret de Mar, en este año del centenario, los bares y restaurantes ofrecen el Daiquirí en su receta original que figura a continuación.
DAIQUIRÍ
Dos onzas de ron Bacardí Carta Blanca [white rum] (5)
Una cucharadita de azúcar granulado muy fino
Una cucharadita de licor Marrasquino
Zumo natural de media naranja pequeña y medio limón o lima
Hielo muy fino (utilizando una trituradora de hielo eléctrica),
tan fino que esté casi pulverizado
Preferiblemente utilizar una batidora manual, para que el hielo mantenga
su textura pulverizada, y agítese la mezcla con fuerza cuatro minutos
Si se utiliza una batidora eléctrica, solo tres minutos
El daiquirí se sirve siempre en una copa de cóctel enfriada previamente
(vaso con tallo alto que tiene la forma de cono invertido)
(1) Véase supra el retrato de Narciso Sala Parera, realizado por F. Linker (Madrid), que se encuentra expuesto en el Museo Can Font de Lloret de Mar (Gerona).
(2) Miguel Boadas Parera regresó a España en 1926 donde trabajó varios años en el Bar Canaletas ubicado en la Rambla de Barcelona antes de fundar, en 1933, su propio establecimiento el Boadas Cocktail Bar en la cercana calle Tallers número 1, que en la actualidad es la coctelería más antigua de Barcelona. Véase http://boadascocktails.com/
(3) “En Lloret, digo, le han dedicado una calle a Narcís, el catalán que surgió de la nada y que no olvidó raíz alguna, al que debemos homenajear cada vez que pisemos un local que estuvo lleno de gloria y que hoy resiste tozudamente el signo de los tiempos, en el que su primo Miguel empezó a confeccionar el inequívocamente catalán Daiquirí y en el que algún suspiro mediterráneo se dejó escapar más de una madrugada, agazapado entre la esperanza y la nostalgia” Carlos Herrera, El Semanal, Nº 873 18-24 de julio de 2004, pág. 12.
(4) Véase www.lloretdemar.org/es/
(5) El ron que se utilizaba en El Floridita era siempre el ron Bacardí Carta Blanca (white rum), elaborado en la destilería ubicada en Santiago de Cuba, fundada en 1862 por el catalán Facundo Bacardí Massó (1814-1886), cuyos herederos eran amigos de la familia Sala Parera.
Siempre se aprende algo contigo Sr SALA, hoy he aprendido cual es la fórmula de este cóctel y que se pronuncia con acento en la última i, joddd, tiene narices que después de tantísimos años nombrando y oyendolo nombrar sin ese acento... hoy a 40 grados a la sombra, lo este comentando con un amigo y estemos decididos a hacerlo, pero con maquinita, no está el día como para mover coctelera, que además no hay en la casa.
ResponderEliminarBueno y ahora viene la confesión que hago en todos mis comentarios. NO HE PEDIDO EN MI LARGA VIDA NUNCA UN DAIQUIRÍ, aunque si he tomado ron con Fanta de naranja, que una vez sabiendo lo que se, parece un sacrilegio.
Un abrazo amigo, nos tomaremos una mezcla de estas, aquí, en Barcelona o en la Habana
Desde luego formas parte de una saga familiar viajera, intrépida e innovadora. Y en cuanto al daiquirí, q yo no sabía q se acentuaba así, una amena historia sobre su origen. Gracias por tus siempre interesantes aportaciones
ResponderEliminarBuenas tsrdrs:
ResponderEliminarCulto, agradable y siempre actual
Un fuerte abrazo
Alfonso
Me ha traído recuerdos queridos!!! Mi padre que estaba allí a principios del siglo XX seguro que estuvo en más de una ocasión. Un abrazo Alberto.
ResponderEliminarTus antepasados, tu propia vida y todo lo que rodea a tu estirpe, está sembrado de anécdotas, encuentros y descubrimientos sorprendentes. Por 100 años más!
ResponderEliminarMuy interesante el artículo y la historia familiar. Entonces me imagino que siempre tendrá en su casa una botellita de Bacardí para hacer los daiquirís. Sería interesante publicarlo aquí en Miami donde residen tantos cubanos. Saludos.
ResponderEliminarMuy interesante historia, Alberto. Qué pena no haberlo sabido antes, me hubiera fijado en ese mostrador de caoba...bueno habrá que volver a La Habana, y aunque no suela beber, una ocasión así merecerá la pena probar un daiquiri. Un abrazo. María Jesús
ResponderEliminarGracias por documentarnos sobre el origen del daiquirí, no exento de cierto drama, sinsabores y decepciones, que se dejan a la sospecha entre líneas. No obstante, tras el tiempo transcurrido, los que su consumo nos inspira brindamos a la salud de los actuales y futuros gestores para que el daiquirí cumpla cien años mas.
ResponderEliminarMadre mía la historia que hay detrás de cualquier pequeña cosa !! Celebraremos con Daikiris su centenario en memoria de Narciso y Constantino ahora que tu Alberto has quitado el polvo del tiempo a su pasado. Como siempre contigo aprendemos algo. Muchas gracias
ResponderEliminarMuy interesante y enriquecedor, Alberto. Tú especial forma de narrar, atrae y abstrae, y eso, buen amigo, lo lográis escasísimas personas que denostáis sabiduría, humildad y bondad a partes iguales,con vuestra particular impronta. Gracias por tan bello y generoso regalo!✊🏴☠️😜🤗
ResponderEliminar