Notas al margen - Alberto Sala Mestres
15 de diciembre de 2024
El escritor británico Charles Dickens (1812-1870), publicó en diciembre de 1843 A Christmas Carol (Cuento de Navidad), una
novela corta que tuvo un gran éxito, en la que su protagonista Ebenezer
Scrooge, un anciano avaro y egoísta, recibe la visita de cuatro
fantasmas en la víspera de la Navidad: el de su antiguo socio Jacob
Marley y los de las Navidades pasadas, presentes y futuras. Esos
espíritus le muestran los errores de su vida y le enseñan el
verdadero significado de la Navidad: la bondad, la caridad, la
empatía y la solidaridad.
Pocos años después, en diciembre de 1848, la reina Victoria de Inglaterra
y su marido el príncipe Alberto sorprendieron a la población del
país publicando en el Illustrated
London News una
estampa de la familia
real reunida alrededor de un árbol de Navidad decorado. La reina
Victoria era una creadora de tendencias en su época y la tradición
se puso de moda en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos, donde una popular revista de Philadelphia denominada
Godey's Lady's Book publicó
en su portada de diciembre de 1850 la novedosa imagen de un familia
norteamericana rodeando en el salón de su casa un árbol de Navidad.
La
primera tarjeta de Navidad fue creada en Londres en 1840 por Sir
Henry Cole (1808-1882) quien, en lugar de escribir cartas a amigos y
familiares en esa época del año, pensó en crear una tarjeta impresa
especialmente para enviar un saludo navideño y decidió imprimir mil
ejemplares que no tuvieron gran éxito de venta debido a su elevado
precio. La tarjeta (ver imagen original supra) tenía un
espacio en el borde superior para escribir a mano el nombre del destinatario y otro similar en el borde inferior para indicar el remitente.
Años
después, en 1844, hubo otro intento de
comercializar la tarjeta de Navidad por W.C.T. Dobson que reproducía
una ilustración titulada el "Espíritu de la Navidad". A
su vez, en 1848, la tarjeta impresa por William Maw Edgley
(1826-1916) repitió el tema de la tarjeta de Cole, pero agregó unos
frutos del acebo (árbol que en la actualidad es una especie
protegida en varios países europeos) adornando escenas de alegría
general que tuvo cierto éxito.
Los
impresores ingleses se dieron cuenta entonces de que sería un buen
negocio y fueron más audaces con los diseños de sus tarjetas: a partir de 1879, en lugar de costosas tarjetas individuales se podían adquirir, por un módico precio, paquetes de tarjetas en tabaquerías y
tiendas de Inglaterra. Su popularidad se debió en gran parte a que
el franqueo postal que se requería era muy económico.
Los
árboles de Navidad pueden verse actualmente en la mayoría de las
ciudades del mundo cada mes de diciembre como un símbolo emblemático
de la Navidad. El más conocido y popular es el que puede verse
todos los años en el Rockefeller Center de Nueva York (1). Se instaló
por primera vez en 1931 por los trabajadores del edificio, entonces en construcción, que
recaudaron los fondos necesarios para su adquisición adornándolo
con guirnaldas confeccionadas por sus familias.
Ese primer primer
árbol medía 6 metros (19.685 pies de altura) frente a los 22,56 metros (74 pies) que mide el ejemplar de este año, cuya especie se denomina abeto de Noruega y han transcurrido 70 años desde su plantación. El
pequeño gesto de los trabajadores neoyorquinos se convertiría con los años en el árbol de Navidad más famoso de los
Estados Unidos, incorporándose en 1933 una peculiar ceremonia de
encendido que permanece en la actualidad (2).
(1) El Rockefeller Center se inauguró el 1º de mayo de 1935.
(2) El encendido del árbol de Navidad del Rockefeller Center tuvo lugar este año el 4 de diciembre de 2024.
Gracias Alberto. Personalmente prefiero los belenes, aunque vinieran en las maletas de nuestro Carlos III (lo de nuestro...por decir algo) Segun perece la costumbre del árbol en España la introdujo una aristócrata de origen ruso ahora ya vemos ... conviven juntos, belenes, árboles y caganets
ResponderEliminarQuerido Alberto: esta vez se ha hecho esperar tu mensual cita literaria; pero, como acostumbras, nos has amenizado con los curiosos datos que aportas. Y, aunque de año en año la ilusión por estas fechas va decreciendo, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarSin postal, brindo por ti y por la continuidad de tu blog
Muy interesante como empieza el negocio de las tarjetas con diseños más audaces que alas personas les gustaría.
ResponderEliminarAcabo de leer la última "Nota al margen". No tenía ni la menor idea del origen de esas costumbres navideñas hoy difundidas por todo el mundo occidental. Gracias.
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ResponderEliminarMuy acertado Alberto el tema de este mes tan navideño. Muchas tradiciones tienen un origen casual y la mayor parte de ellas son fruto del ingenio. Otro tema que hemos descubierto gracias a tu insaciable curiosidad.
Aprovecho para enviarte aquí mi felicitación navideña.
Querido Alberto,.cada vez me e fascinan más tus entregas, cada una es más sorprendente que la anterior, felicidades una vez más y lo mejor para todos vos@tros en 2025
ResponderEliminarBuenos dias::
ResponderEliminarBrillante, culttísimo y encantador, como siempre, una delicia.
Un abrazo
Alfonso Iñigo