Notas al margen - Alberto Sala Mestres
15 de octubre de 2022
Durante un reciente viaje a China me sorprendió ver en el Zhongshan Park situado en el centro de Pekín a un numeroso número de señoras en fila, a escasa distancia una de la otra, que mostraban a hombres de todas las edades documentos con anotaciones de sus hijas mientras algunos se detenían para leerlas o hacer preguntas. Las mujeres visitantes en busca de un yerno eran más discretas.
Intenté hablar con alguna de las señoras chinas pero se negaron, e incluso ocultaron los textos escritos en chino sin darse cuenta de que yo era un extranjero que no podía leerlos. Imposible hacerles una foto con el móvil en esa curiosa situación, ya que me increparon de forma hostil, situación inesperada teniendo en cuenta que la cordialidad de los chinos hacia los turistas había sido hasta entonces una actitud constante, e incluso alguno de ellos nos habían hecho fotos con su móvil como un recuerdo de habernos conocido.
De regreso al hotel me informaron de que lo que había visto era algo parecido a una agencia matrimonial en plena calle. Ante mi curiosidad, uno de los empleados me facilitó la foto que figura supra comentándome que mi actitud en el parque se había interpretado como una injerencia en temas domésticos, ya que allí se trataba de ofrecer información a las personas interesadas en contraer matrimonio con una persona del sexo opuesto que, evidentemente, tenia que ser de nacionalidad china. Me indicó también que el evento convocaba cada domingo a un público numeroso a lo largo del día, y que generalmente son hombres los que buscan a las futuras esposas. Había observado en mi visita al parque que incluso existían secciones separadas y me comentó que se referían a la edad y su ubicación, añadiendo que la categoría denominada "general" suele ser la más numerosa, con secciones reservadas más pequeñas para los que viven en el extranjero, los mayores de 40 años y los divorciados.
Esta clase de información con vistas a contraer matrimonio es un fenómeno peculiar de China, que comenzó a popularizarse en la década de 1980, al concluir la denominada "Revolución cultural" e iniciarse un proceso de reformas estructurales en el país que, entre otras consecuencias, produjo un éxodo de la población rural hacia las ciudades en busca de un mejor nivel de vida y donde además se podía disfrutar de más libertad para elegir a sus parejas al encontrarse ya fuera de las aldeas.
La raíz del problema de contraer matrimonio en China se encuentra en la planificación de la tasa de crecimiento de la población cuando, a finales de los años 1970, los dirigentes chinos se dieron cuenta de que los habitantes de China eran casi el doble en apenas treinta años y, ante el temor de una explosión demográfica implantaron, en 1979, la política de un hijo único que frenó el crecimiento de la población, pero que también dio lugar a esterilizaciones forzadas y abortos selectivos en razón del sexo del embrión, que agravaron el desequilibrio de género ya que muchos padres preferían tener hijos varones.
A pesar del riesgo de envejecimiento de su población, las autoridades chinas dudaron a la hora de liberalizar la política de natalidad por temor a que se provocase una explosión demográfica, y no fue hasta 2013 cuando se autorizó a tener dos hijos a aquellas parejas en las que ambos componentes hubieran sido hijos únicos. Esa medida se amplió en 2016 autorizando a todas las parejas a tener dos hijos, pero esa medida no fue suficiente para detener la baja tasa de natalidad y, en un nuevo esfuerzo por paliar el envejecimiento de la población, en mayo de 2021 se autorizó a todas las familias a tener tres hijos.
China realiza un censo nacional (1) desde los años 1950 y el más reciente, elaborado en el año 2020, indica que el número de habitantes del país asciende a 1.412 millones de personas, de las cuales el 51,24 % son hombres y el 48,76 % mujeres. El grupo de personas con edades entre los 15 y 59 años representa el 63,35 % de la población, y el dato más preocupante refleja que los mayores de 60 años suman 264.02 millones y constituyen ya el 18.70 % del censo. Las previsiones realizadas por China indican que en 2050 los mayores de 60 años representarán el 28 % de la población, y se acercarán a los 490 millones de personas, una cifra que supera a todos los habitantes de la Unión Europea en la actualidad cuya cifra alcanza los 447,7 millones.
(1) En España, los datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística indican que, a 1 de enero de 2022, la población del país ascendía a 47.435.597 personas, de las cuales el 49,0 % son hombres y el 51,0 mujeres.
Agencia matrimonial en plena calle, que curioso, no lo hubiera pensado nunca siendo los chinos tan celosos de su privacidad. Y cierto es que China tiene muchas bocas que alimentar y el envejecimiento de su población no es buena noticia como tampoco lo es en Europa. Muy interesante Alberto lo que hoy nos traes aquí. Gracias!
ResponderEliminarBuenas noches Alberto:
ResponderEliminarMe ilustras, me enseñas y aprendo, con un texto agil que se acaba antes de que me de cuenta.
Un fuerte abrazo
Alfonso Iñigo
Curioso lo que nos cuentas, vivido en primera persona. No me extraña que se dé esa situación y tampoco me extrañaría que en algún momento exportaran la idea, pues con el ritmo de trabajo y las maratonianas jornadas laborales, cada vez más largas y estresantes, no queda tiempo para conquistar más que el sofá y, por otra parte, seguramente dudarían más las parejas si las madres se ocuparan de encontrar un alma gemela para sus hijas e hijos. Y, aunque esta última frase está lanzada espontáneamente y en clave de humor, pensándolo bien tal vez no fuera una idea tan descabellada, aun viéndola con ojos occidentales...
ResponderEliminarEl amor romántico como lo conocemos no deja de ser un 'invento' moderno y no universal. Hasta hace relativamente poco, casarse era una cuestión de perpetuación de tierras, bienes e incluso reinos. No es de extrañar que sistemas como el castas o incluso está improvisada agencia China busquen elegir el mejor pretendiente para cada família. Algo que también hacen, por ejemplo, los judíos jasídicos.... quizás, si fuéramos más funcionales y menos románticos, nos iría mejor en estas lides.
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