Ir al contenido principal

El pie egipcio

Notas al margen  -  Alberto Sala Mestres
15 de noviembre de 2023

En mi juventud solía ir en verano a la playa en compañía de un grupo de amigos y amigas, entre los que se encontraba Vivian de la que conservo un grato recuerdo.  En una ocasión me comentó de forma inesperada que yo tenía un pie egipcio, dato que me sorprendió ya que nunca había pensado entonces que existía una clasificación académica de la forma del pie humano.  En todo caso, me sentí halagado que una chica que me gustaba en ese despertar de la adolescencia se hubiera fijado en mis pies, aunque hubiera preferido que hubiera prestado atención a alguna otra característica de mi anatomía.  Yo siempre me fijaba en los ojos de ella, que brillaban de forma diferente, o eso me creía, cuando estábamos juntos. 

Para contrarrestar esa información insólita indagué sobre el origen de su nombre, poco común en aquellos años, y descubrí en el Internet de aquella época que era la Enciclopedia Espasa, que Vivian es un nombre femenino que procede de la lengua celta y tiene el significado de ser “la pequeña”, nombrándose así a la hija de menos edad de la casa, como era el caso de ella ya que tenía una hermana mayor que se llamaba Judith, a la que tenía que invitar a bailar después de hacerlo con su hermana para que la madre vigilante no sospechara que tenía una relación estable con su hija pequeña.  Cosas de la época, difíciles de entender en la actualidad. 

La forma de los pies es un rasgo propio de cada persona, que puede clasificarse según su nivel morfológico en tres tipos: el egipcio, el romano y el griego (ver imagen supra).   En el pie egipcio, el tamaño de los dedos es decreciente, siendo el primer dedo el más largo disminuyendo hasta el quinto dedo. Se le considera el más bonito, pudiendo contemplarse ese diseño en las estatuas de los faraones.   En el caso del pie romano todos sus dedos presentan la misma longitud; y la característica del pie griego consiste en que el segundo dedo es el más largo, y según opinan los podólogos, su diseño puede provocar un dedo en martillo que necesitaría en algunos casos de una cirugía.  Los fabricantes de calzado suelen utilizar como modelo la forma del pie egipcio que es el tipo de pie más común. 

Sospecho que al concluir la lectura de este breve artículo algunos de mis lectores se descalzarán para examinar la forma de sus pies, situación que me parece interesante y divertida.  Gracias, y no olviden de ponerse después los calcetines o las medias.




Comentarios

  1. Buenos días Alberto:
    Académico, entrañable y cristalino, como siempre.
    Un fuerte abrazo
    Alfonso Iñigo

    ResponderEliminar
  2. Querido Alberto: el afán de clasificar es inagotable: hace muchos años, en ARCO, me tropecé con una escultura de una cabeza de niño mofletudo y con orejas de soplillo, que llevaba el título de Cabeza de Niño Español Gordo. Dios nos libre de un nieto así. Un abrazo.
    PS Mi pie es griego

    ResponderEliminar
  3. Cuántas anécdotas tienes para sorprendernos, a la vez que aumentas nuestros conocimientos de forma amena. Nos adentras en un momento de tu vida, en el que te imagino bailando, sintiendo... Gracias. María Jesús

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena por esos tres años soy su fiel lectora de sus artículos muchas gracias

    ResponderEliminar
  5. Que gracioso me ha parecido lo de los pies, enseguida me quité las sandalias para observar mis pies definitivamente es un pie egipcio todos de mayor a menor gorditos pues parecen salchichas y el dedo gordo del pie es feo y chato como el de la canción mis hermanos siempre me Chi traban con ese dedo ya no me lo veo tan feo pero siempre me lo miro a ver si ha cambiado un poco.

    ResponderEliminar
  6. Simpático y curioso, Alberto. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Me ha encantado saber que soy descendiente de Cleopatra...

    ResponderEliminar
  8. Es muy curioso el tema de los pies; los míos corresponden al pie griego. Me ha llamado mucho la atención. Siempre se aprende algo. Gracias. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Muy interesante, Alberto. Yo desde hace muchos años sé que tengo un pie griego porque, cuando era joven, todos mis amigos se reían de ese dedo tan largo de mi pie, hasta que un día en un Museo vimos una pintura de una virgen renacentista con unos pies igualitos que los míos. Mis amigos comentaron entonces: ¡Mirad, los pies de Chus!, y a partir de entonces todos respetaron la forma de mis pies. Un besazo.

    ResponderEliminar
  10. César Carcases Torres23 de noviembre de 2023, 14:41

    Yo me descalcé... el mío es romano.

    ResponderEliminar
  11. Qué simpático artículo. Reconozco gran parte de mi cuerpo y precisamente los pies no me habían interesado más que para comprarme calzado. Ahora sé, a mis 54 años, que son del grupo egipcio. Curioso.

    ResponderEliminar
  12. En mi caso sin duda tengo un pie griego y hace años que lo sé al igual que Chus, y es verdad que a veces he tenido problemas con el calzado y de eso da fe el estado de la uña de mi segundo dedo, que ha sufrido en otrora mi bípidestracción con botas camperas y con esos zapatos con la punta que hace daño a la vista ,y a algún que otro glúteo. Ya sabes que me gusta la antropología y al respecto te diré que dentro de unos miles de años, probablemente, el sapiens habrá prescindido de los dos pequeños dedos, que en muchos casos ,no son más que un mero colgajo.
    Un abrazo Alberto y nos vemos el próximo año para que se conozcan nuestros pies

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cuatro gatos

Notas al margen   -  Alberto Sala Me stres 15 de septiembre de 2024 La expresión "cuatro gatos" indica exactamente lo mismo que "poca gente", o sea un número pequeño o escaso de personas.    Hace unos años en un viaje a Valencia, recorriendo la calle Museo en el barrio medieval de El Carmen, me encontré junto a un arco de medio punto la curiosa inscripción en azulejo que puede verse supra .  Se trata, nada más y nada menos, del resumen de una leyenda sobre la citada expresión.  Si se afina un poco la vista se puede leer en idioma valenciano (traducido al español):  "En memoria de los cuatro gatos que quedaron en el Barrio de El Carmen en el año 1094.  Nunca se les escuchó un maullido más alto que otro".  La inscripción recuerda la leyenda de los gatos del citado barrio, en la que se narra que alrededor del siglo IX los gatos eran apreciados por los árabes, pero los cristianos los consideraban animales malditos, portadores de malos auguri...

¡ Al carajo !

Notas al margen   -  Alberto Sala Me stres 15 de noviembre de 2024 Cuando utilizamos la expresión ¡Vete al carajo! lo hacemos para que alguien desaparezca de nuestra vista porque nos sentimos molestos con esa persona. Si consultamos el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la palabra carajo encontramos como definición:  miembro viril .  A continuación se identifica también como interjección para expresar sorpresa, contrariedad, etc. añadiéndose la expresión malsonante al carajo , para indicar un fuerte rechazo de algo o de alguien; el adjetivo del carajo como muy grande o muy intenso que en su forma despectiva sería algo despreciable, enfadoso o molesto; la locación verbal irse algo al carajo para identificar lo que se estropea o tiene mal fin; la locación verbal mandar alguien al carajo como expresión de rechazo con insolencia y desdén; la expresión qué carajo que supone una fuerte negación, decisión, contrariedad, etc.,  y la locució...

El apellido Sala y la historia del daiquirí

Notas al margen  -  Alberto Sala Me stres 15 de septiembre de 2020 El apellido  Sala tiene sus raíces documentadas en Cataluña desde el siglo XVI, y consta que mi familia estuvo asentada en Lloret de Mar, una población marinera del litoral mediterráneo de la provincia de Gerona, desde los inicios del siglo XIX.  Mis hermanos y yo tenemos seis apellidos catalanes encadenados uno detrás de otro, lo que no deja dudas sobre nuestros orígenes ahora que, en algunos países entre los que destacan los Estados Unidos de América, se ha puesto de moda hacerse un análisis de sangre para determinar el porcentaje que se pudiera tener de sangre europea, americana o africana. La emigración catalana a América tuvo un gran auge a mediados del siglo XIX, especialmente hacia Cuba, México y Argentina. En La Habana, ubicado en la esquina de las calles Obispo y Montserrate se encuentra ubicado un establecimiento de reconocida fama internacional: el Café Restaurante La Florida, conocido fam...